sábado, 23 de enero de 2010

Haití y los servicios de referencia

Hace muchos años, seguramente 20, me impresionó saber que los servicios de referencia de las bibliotecas anglosajonas eran muy distintos a los que se prestaban en las bibliotecas públicas españolas, al menos las que yo conocía. Para mi asombro, tenían guías telefónicas de la zona, planos del metro, de las líneas de autobuses, información municipal, servicios sanitarios, urgencias, etc. En lo que entonces era mi biblioteca, la Biblioteca Municipal de Vallecas (Madrid), ese tipo de información ni se daba, ni nadie la buscaba. Esta impresión ha vuelto a mi memoria a raíz del terremoto de Haití.

A las pocas horas del tremendo desastre estaba recibiendo, fundamentalmente a través de Twitter, noticias de la situación. Al poco fueron muestras de solidaridad, información sobre donaciones y movilizaciones de voluntarios. Después empezarón a llegar muestras de acciones de sectores profesionales, empresariales o de algún tipo de comunidad. Casi inmediatamente podían verse las primeras imágenes del terremoto ofrecidas por Google Maps y realizadas en colaboración con GeoEye. También recibía noticias de las actividades de grupos de hackers, del International Committee of the Blue Shield, declaraciones de IFLA y muchas otras.

Sin embargo, sobre todas ellas me llamaron la atención las recopilaciones de recursos disponibles en Internet o en bibliotecas concretas realizadas por bibliotecarios anónimos. Fueron también inmediatas, algunas del mismo dia 12. La Boston Public Library ofrecía recursos sobre servicios de emergencia y servicios asistenciales y sobre el estatus de los haitianos en Estados Unidos. Todavía mantienen una página actualizada con noticias del terremoto. Las bibliotecas de la Universidad de Massachussets publicaban Disaster in Haiti : a guide to research and information en la que añadían fuentes de información sobre Haití en las bibliotecas de esa universidad o en la Web y, también, un apartado sobre noticias, la respuesta del Campus y la respuesta gubernamental.

Hay muchos otros ejemplos. La propia Biblioteca del Congreso añadió un enlace con recursos de todo tipo a su sección dedicada a Haití en Portals of the World, de mucha menor variedad que los mencionados anteriormente. La National Library of Medicine incluyó una lista en Haiti Earthquake, pero esto podríamos decir que es lo que corresponde ya que esta biblioteca cuenta con un centro especializado en situaciones de emergencia, el Disaster Information Management Research Center. Otros ejemplos son mucho más sencillos, sin los medios apabullantes de la NLM, hechos en páginas sin diseño de ningún tipo, elaboradas con rapidez y difundidas con más rapidez aún.

En España no hay una comunidad de haitianos tan numerosa como la de Estados Unidos. La Encuesta Nacional de Inmigrantes. Resultados por continentes y países más representados. Año 2007 del INE, sólo dice que en España hay 727.107 personas procedentes de América (excluyendo Argentina, Bolivia, Canadá, Colombia, Ecuador y Estados Unidos). Puede ser que no haya una comunidad a la que servir. Puede ser también que España no tenga los mismos intereses políticos y económicos en Haití que tienen los Estados Unidos, pero estoy convencida de que estos intereses, sean los que sean, no son los que han animado a las bibliotecas y a los bibliotecarios a recopilar y difundir recursos de información.

La cuestión es que no he encontrado nada similar en ninguna biblioteca española. Nada. Bueno, nada no. Hay que distinguir a la Biblioteca de la Universidad Complutense que en su sección La Biblioteca Informa ofrece algunos recursos sobre el Terremoto en Haití. Pero, nada más. Quizá no he buscado bien, quizá no estoy suscrita a los blogs adecuados, o quizá los buscadores no indexan esas páginas.

Me parece que España, entre españoles y extranjeros, es una comunidad de cerca de 47 millones de personas, entre las cuales habrá algunos miles, por lo menos, que, aunque sólo sea temporalmente, estén interesados en saber algo más sobre Haití. El servicio a la comunidad no es, pues, el criterio para recopilar recursos de información. O quizá es que se considera que el sitio web de una biblioteca no es un lugar apropiado para difundir información sobre la situación geográfica, económica, política, literaria, histórica o científica de Haití. O quizá hay impedimentos burocráticos para crear rápidamente, como corresponde, una pequeña bibliografía y subirla a la red. O quizá el mantenimiento del sitio web de la biblioteca no entra dentro de las funciones bibliotecarias. O quizá no hay material alguno sobre el que informar. O quizá los servicios de referencia de las bibliotecas españolas tienen otras funciones.

Esta falta de agilidad se nota en muchos otros temas de gran preocupación para una buena parte de los habitantes de España, como, por ejemplo, recopilaciones de recursos españoles, es decir cercanos a las personas que los necesitan, sobre la violencia de género o sobre muchas otras circunstancias de interés, temporales o permanentes (demografía, geografía, análisis económicos, etc.). Una labor de difusión de los datos que generan las propias administraciones públicas sería de gran valor para muchos.

La diferencia es clamorosa. La información a la comunidad está habitualmente restringida a las actividades de la propia biblioteca y no se extiende más allá. Y no hay terremoto que sacuda esta costumbre. Luego discutiremos si nuestro look es moderno y sexy, nos enfadaremos con todos los que nos ven con la tradicional imagen bibliotecaria y nos quejaremos amargamente de la falta de apreciación social de nuestra profesión. ¿Por qué será?

Francisca Hernández
Pasados 12 días del terremoto de Haití

PS: Agradezco a Xavier que me haya dado el empujón para escribir esto y me haya prestado su blog. Gracias, Xavier.


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