sábado, 14 de agosto de 2010

Las Actas de la Asociación de Hispanismo Filosófico


Después de haber editado las III, las IV, las V y un volumen con las VI y VII Actas de las Jornadas de la Asociación de Hispanismo Filosófico y haber contribuido a organizar y financiar tanto las IV y las V Jornadas que tuvieron lugar en la Biblioteca de Menéndez Pelayo en Santander, este año he solicitado de nuevo al Patronato de la Fundación Ignacio Larramendi que cubriera los gastos de edición así como la corrección y composición de un nuevo volumen dedicado a las VIII y IX Jornadas de esta Asociación. Este año, sin embargo, tienen una peculiaridad; cuando el representante de la Asociación de Hispanismo Filosófico vino a solicitarme esta nueva ayuda me dijo que se encontraba en una situación muy embarazosa, pues desde la Sociedad Menéndez Pelayo le habían exigido que mi nombre no figurase en parte alguna del volumen.

Tras cierto momento de estupor  por mi parte, dije que no me parecía mal, puesto que al fin y al cabo lo importante era que se publicaran las Actas y yo para estas cosas suelo aplicar, ya que no es posible otra cosa, además de la otra mejilla, el famoso principio de Irving Thalber, tal y como lo explica Groucho en sus extraordinarias memorias Groucho y yo. Ya ha salido para la imprenta el nuevo volumen que lleva una breve introducción de la Presidenta de la Fundación Ignacio Larramendi en la que, como no podía ser de otra manera, mencionaba mi nombre en un par de ocasiones. Yo la rogué que lo sustituyera por sendas paráfrasis como efectivamente así se ha hecho. Y aunque lo menos que me han dicho es que soy tonto, me parece a mí que, como he escrito más arriba, lo importante es que se publique el volumen y que no está el horno para bollos, ni el ánimo para vanidades. 

Sin embargo, por esas cosas de la vida hace un par de fechas y ordenando mi siempre caótica biblioteca me encontré con el bello libro publicado en Santander en 1998, a todo color, Catálogo de Manuscritos musicales de Cantabria, siglos XIII al XVI, que aparte de un amplio conjunto de láminas en color reproduciendo fragmentos de canto gregoriano iba acompañado de una grabación de la Schola Gregoriana de Cantabria que dirigida por Lorenzo Lisaso incorporaba 17 fragmentos de canto gregoriano que, por cierto, no suele corresponderse con el canon habitual de este tipo de música, sino por las partituras, si pudieran llamarse así, recogidas de forma, lógicamente, aleatoria entre esos fragmentos que en ocasiones aparecen en las guardas de los libros sirviendo de encuadernación a otros volumenes o entre materiales de archivo. No me fue fácil, desde luego, lograr los fondos para la edición de un catálogo tan costoso, ni muchísimo menos de lograr la grabación de un CD musical que aunque sin punto de comparación con los de Solange, yo creo que suena francamente bien. Era un presupuesto extraordinario y no entraba dentro de los planes habituales de edición de la Concejalía de Cultura una obra de esa calidad y esas características, que se remató con un concierto en la Catedral de Santander.













En el ejemplar de ese libro que tengo sobre la mesa hay una bonita dedicatoria que dice:"Para Xavier Agenjo por su entusiasmo, apoyo, e inmensa generosidad, con todo mi cariño" y firmado el 2 de marzo de 1999.

Como ya he dicho, por esas vueltas y revueltas que da la vida, quién firma esa cariñosa dedicatoria, de forma hológrafa, y que luego repite más formalmente en los agradecimientos, es la Vicepresidenta de la Sociedad de Menéndez Pelayo, que ha considerado oportuno tachar mi nombre, aunque no pedirme que edite el volumen de Actas mencionado. Se me ocurren dos comentarios que tal vez a algún espíritu delicado pudieran parecerles malignos y que son aquellos de: Hay amores que matan, u otro todavía más cínico: Le hice un favor, y eso no se perdona nunca. La verdad es que fueron bastantes favores. Sic transit...

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