martes, 3 de mayo de 2011

Artículo sobre los registros de autoridad de la Biblioteca Virtual de Polígrafos en Linked Open Data (1 de mayo de 2011)

‎Francisca Hernandez y yo hemos terminado y enviado la versión inglesa de Data aggregation and dissemination of Authority Records through Linked Open Data (con la ayuda de Andrés Viedma).


El artículo se ha escrito de martes a viernes (aunque se había estado pensando sistemáticamente la semana anterior). Se redactaron 14 páginas esos días y entre el viernes y sábado se terminó la versión española hasta llegar a las 22 páginas. La versión inglesa se comenzó el sábado y se ha terminado esta tarde a las 23:42 y como suele ocurrir es más corta. Es un artículo bastante bueno y, al menos en mi opinión, quizá Francisca Hernández piense lo mismo cuando trabajaba en COVAX o cuando yo preparaba la versión automatizada del CCPB y, luego, de las funcionalidades de ARIADNA (algunas de las cuales todavía están en activo como el fichero de autoridades de la Biblioteca Nacional a pesar de que han transcurrido más de 20 años), he tenido la impresión constante de estar trabajando en el mismo nivel y en la misma frontera en la que se desarrollan los proyectos más avanzados de nivel internacional.

Esta sensación de la que hablo quedó para mí muy clara en el I Seminario Internacional de la Biblioteca de Galicia que montó en Santiago hace un par de semanas Ignacio Cabano.Pero la sensación se ha acentuado porque de las cosas que hablamos en nuestro paper no corresponden a un conocimiento teórico, sino a realidades que está desarrollando e implementando DIGIBIS y que se están plasmando día a día en la Fundación Ignacio Larramendi.

Pienso como pensaba cuando era Jefe de Servicio del Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico e, ipso facto, uno de los creadores del Consortium of European Research Libraries (CERN) y de su HPB... y responsable del diseño funcional de ARIADNA y también, ipso facto, Secretario del Punto Focal de lo que ahora es el ICT-PSP... y viajaba a la The Library of Congress o la OCLC para montar el intercambio de registros entre España y el resto del mundo y... era miembro del Comité Permanente de la Sección de Information Technology de IFLA...

O ahora, colaborando con el Ministerio de Cultura e, ipso facto, en el proyecto HISPANA y las Bibliotecas Virtuales de casi todas las Comunidades Autónomas y la mayoría de las más importantes instituciones de memoria españolas... que lo que decía Enrique Jardiel Poncela: "Un español es capaz de hacer lo que cualquier inglés (pero, consumiendo mucha menos mantequilla) es completamente cierto.

Creo que no hará falta decir que ipso facto significa 'por ello mismo' 'por el hecho mismo' y no 'inmediatamente', aunque todo el mundo suele entender esta locución latina de ésta última manera por un caso claro de deslizamiento semántico.

Resumiendo, y aunque esta afirmación no me vaya a granjear muchos amigos, si en España no tenemos archivos, bibliotecas y museos, completamente a la altura, si no mejores "de los países de nuestro entorno" (como dicen los políticos) no es por razones presupuestarias, sino organizativas y por esa tendencia cultural, que no genética, a no darle un palo al agua. Más aún, las facultades, grados, escuelas, o lo que sean de documentación han dado el beso de la muerte a la profesión, enseñando mal lo que no sirve además para nada y que está a años luz de los problemas archivísticos, biblioteconómicos o museográficos que se debaten en la actualidad. No hace muchos días que una profesora de biblioteconomía, actualmente en ejercicio, me decía tras oirme dar una charla que lo que yo contaba le sonaba a chino. Y mucho me temo que era verdad.

Como decían Marx y Engels (que venían a ser algo así como Menéndez y Pelayo) en el Manifiesto Comunista, la burguesía está cavando su propia fosa y acabará siendo su propia enterradora. Ese es nuestro destino y la verdad es que siento una enorme rabia e impotencia por que las cosas tengan que ser inevitablemente así, cuando podrían ser de otra manera completamente opuesta.

Si antes decía que 'ipso facto' significa por el hecho mismo, 'vale' es el imperativo de 'valer' en latín y signifca 'válete', 'cuídate', y solía ponerse como segunda despedida tras la postdata, omitiendo la firma, como saben todos nuestros documentalistas paleógrafos (esto sí que es un oximorón, es decir, una figura retórica que consiste en reunir dos términos antitéticos como, por ejemplo, "es hielo abrasador" "es fuego helado"). 

Vale. Y Dios nos valga.

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